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Itinerarios
pedestres
Sendero Joan Maragall - La Fageda d'en Jordà Descripción
del itinerario
El itinerario es llano y corto, ideal para pasear por el corazón de la Fageda d'en Jordà, admirando su magia y sumergiéndose plenamente en su atmósfera peculiar. Salimos del aparcamiento y cruzamos la carretera, en el otro lado, encontramos las escaleras que dan acceso a la Fageda d'en Jordà. Poco antes de bajarlas, encontramos, a mano derecha, el monolito erigido en memoria del poeta Joan Maragall, donde podemos leer el famoso poema que le inspiró este bosque. Una vez hemos bajado las escaleras, el sendero se adentra en seguida en el hayedo y nos lleva al pie de un gran colina a la que damos la vuelta completamente y después regresamos al aparcamiento por el mismo camino por el que hemos venido.
La Fageda d'en Jordà crece sobre la colada de lava del volcán Croscat. El relieve es ondulado, lleno de cerros de dimensiones variables que localmente se conocen con el nombre de colina (tossal). La colada de lava se escoló sobre una zona de humedales que se evaporaron al entrar en contacto con la lava a alta temperatura (1.000º) El vapor de agua se introdujo dentro de la lava y deformó la corteza, parcialmente solidificada, hasta romperla. El resultado son los diversos abombamientos que podemos ver, recubiertos de fragmentos de basalto. Nunca ha sido posible aprovechar estas
tierras para el cultivo, de hecho, la colada de lava sobre la que se asienta
recibe el nombre científico de malpaís. Esta ingratitud ha
salvado el bosque y por esta razón aun hoy podemos admirarlo.
Vegetación El hayedo es un tipo de bosque caducifolio y, por tanto, presenta un aspecto muy diferente según la época del año. El otoño es especialmente atrayente por la gama de colores rojizos y dorados que adquieren las hojas antes de caer; pero el encanto del bosque es también considerable en las otras estaciones: en invierno, los tonos grises de los troncos, destacan sobre un suelo cubierto de hojas secas, y en verano, la penumbra fresca creada por las hojas que se disponen paralelamente al suelo e impiden que los rayos solares crucen entre las ramas. Además del haya, en el estrato arbóreo hay algunos robles dispersos en los lugares más soleados. El sotabosque es muy pobre porque le llega muy poca luz y las plantas no viven. En primavera, sin embargo, florecen anémonas y ranúnculos de gran belleza. También podemos encontrar el eléboro, el boj y el acebo.
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Identificación del itinerario: número 2 y pictogramas de color azul. |
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Mapa
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